Un grupo de economistas advierte que los datos oficiales distorsionan la verdadera situación fiscal. Calculan que el déficit total —incluyendo al Tesoro y al BCRA— sigue siendo mayor al heredado.
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró días atrás un nuevo superávit fiscal, al informar que en mayo el Sector Público Nacional registró un saldo primario positivo de $1,6 billones y un superávit financiero de $662.123 millones.
Sin embargo, distintos economistas pusieron en duda la forma en que se mide el resultado fiscal, y aseguran que el cálculo omite pasivos clave que mantiene el Estado, tanto en pesos como en dólares.
Entre los más críticos se encuentran Carlos Rodríguez, exasesor económico de Javier Milei, y Walter Graziano, quienes publicaron una columna en Clarín en la que denuncian que el déficit financiero real supera el 11% del PBI, incluso por encima del que el propio Milei afirmaba haber heredado.
“El déficit se transfirió del BCRA al Tesoro”
Rodríguez y Graziano argumentan que la supuesta mejora en las cuentas públicas responde a un cambio de caja, no a una reducción genuina del rojo fiscal. Según su análisis, el pasivo cuasifiscal del Banco Central fue reemplazado por deuda del Tesoro —a través de instrumentos como LECAP o BONTE— que generan un costo financiero similar, aunque ahora en otro balance.
“No hubo una baja real de deuda en pesos: se cambió la deuda del BCRA por deuda del Tesoro. Si antes el déficit del Central era del 10% del PBI, ahora ese mismo déficit está en cabeza del Tesoro, y subió a 11,25% del PBI”, sostienen.
“La inflación no puede considerarse un ingreso fiscal”
Uno de los puntos más cuestionados por los economistas es el tratamiento del impacto de la inflación sobre el gasto. Denuncian que el Gobierno interpreta que, al empatar la tasa de inflación con la de interés, desaparece el déficit, lo cual consideran un error metodológico grave.
“Es una lógica peligrosa: si se argumenta que a más inflación hay más superávit, se cae en un absurdo. El déficit cuasifiscal no desaparece porque la inflación sea alta”, advierten.
¿Por qué persiste el déficit?
Los economistas calculan que la deuda total del Tesoro ronda los $240 billones, de los cuales cerca del 55% está indexado a inflación o tipo de cambio. A una tasa promedio del 33%, el costo anual de intereses se ubica en unos US$66.000 millones, equivalente al 10,15% del PBI. Si se suma el costo de la deuda en dólares, el déficit total llega al 11,25% del PBI.
Según su interpretación, esto explicaría la persistente presión sobre el dólar, la necesidad de buscar financiamiento en el FMI y la falta de acumulación genuina de reservas, a pesar de la expansión monetaria de más del 180% desde diciembre.
“El déficit no bajó: se escondió”
Para Rodríguez y Graziano, la narrativa del superávit es más una construcción contable que una mejora estructural. Advierten que si el Gobierno no encara una reducción real del déficit financiero, los desequilibrios reaparecerán en el corto plazo.
“Milei tenía razón cuando dijo que el BCRA tenía un déficit del 10% del PBI. Ahora ese déficit está en el Tesoro y es más grande. Si no se corrige, lo que viene es otra crisis”.