La presidenta de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Carla Bonito, reclamó la necesidad de avanzar con una reforma tributaria y una reducción de impuestos para aliviar la carga administrativa que enfrentan las empresas del sector.
En diálogo con La Nación, Bonito explicó que la carga impositiva en la industria de alimentos y bebidas ronda entre el 40% y el 50%, según el tipo de producto. Además, alertó sobre la existencia de 155 tributos en distintos niveles de gobierno, lo que complica la operatoria de las compañías.
“Nuestra industria es un motor decisivo como lo son Vaca Muerta, la minería en el norte y el campo. Son los cuatro motores que pueden aportar muchísimo al crecimiento del país”, afirmó.
Críticas al sistema impositivo
La titular de Copal advirtió sobre los saldos a favor generados por los regímenes de recaudación anticipada, en particular el SIRCREB (Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias). Según explicó, esto genera problemas de liquidez:
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Los saldos por Ingresos Brutos “no son de libre disponibilidad”.
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Las provincias terminan reteniendo recursos de las empresas al no haber un mecanismo ágil de compensación.
Precios y dólar
Consultada sobre la relación entre el tipo de cambio y la formación de precios, Bonito señaló que los aumentos en los precios de salida de fábrica se ubican por debajo de la evolución del dólar y de otros costos.
Indicó que la industria sigue los precios medidos por el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM), no por el IPC.
Recuperación sectorial
Respecto a la situación de la industria alimenticia, Bonito marcó una recuperación en la molienda de cereales, carnes, sector aviar y algunas preparaciones de legumbres y hortalizas.
En cambio, señaló que los lácteos, las bebidas y el sector vitivinícola todavía no muestran señales de recuperación.