El economista analizó el tamaño real del financiamiento que negocia el Gobierno, los temores de los bancos estadounidenses y las variables que condicionan la inversión. También proyectó inflación para 2025 y 2026.
El economista Orlando Ferreres puso un freno a las especulaciones sobre el crédito que busca el Gobierno con un grupo de bancos de Estados Unidos.
Según sostuvo en declaraciones a la prensa, la operación “no va a ser de más de US$5.000 millones”, lejos de los US$20.000 millones que circularon en versiones previas. Aun así, remarcó que se trata de “mucha plata” para las necesidades actuales del país.
La reducción del monto, explicó, responde a las dudas de las entidades financieras sobre las garantías que puede ofrecer Argentina en un contexto en el que la mayor parte de las reservas internacionales están comprometidas con China, Estados Unidos o el FMI. “Las netas propias son muy pocas”, advirtió.
Ferreres también señaló otros factores que dificultan el cierre del acuerdo: un riesgo país que se mantiene por encima de los 600 puntos —cuando lo deseable serían 400— y el deterioro en los niveles de pago, especialmente en tarjetas y préstamos personales.
En paralelo, destacó que el Gobierno intentó moderar el tipo de cambio y bajó la tasa de referencia del 22% al 20%, aunque sin lograr despejar las dudas de los bancos.
El economista comparó la situación con la de la Ciudad de Buenos Aires, que logró financiarse a US$500 millones con una tasa del 7,78% gracias a garantías robustas. Para Argentina, aseguró, el desafío es mayor: “Los requisitos de liquidez y los elevados encajes en pesos frenan las inversiones”.
Inversiones: un repunte acotado y un 2025 que se desinfló
Ferreres reconoció cierta mejora en la inversión bruta interna fija, que pasó de representar 13%-14% del PBI a cerca del 19%.
Pero aclaró que ese avance se explica más por reposición de capital que por proyectos nuevos de gran escala. “Hace falta un programa de inversión más amplio para generar empleo y mejorar salarios”, subrayó.
El 2025, afirmó, comenzó con entusiasmo en el sector privado pero terminó “desinflándose brutalmente”, con un nivel de actividad muy irregular.
Aun así, se mostró algo más optimista para 2026, impulsado por un eventual escenario de tasas más bajas y mayor liquidez. La victoria legislativa de La Libertad Avanza en octubre, sostuvo, podría aportar estabilidad.
Reformas claves: laboral, tributaria y previsional
Ferreres anticipó que el Gobierno insistirá en aprobar las reformas laboral y tributaria durante las sesiones extraordinarias. “Esta vez va a salir”, aseguró, argumentando que el sindicalismo perdió influencia en comparación con décadas anteriores.
Defendió un esquema laboral más flexible y comparó el modelo uruguayo —con indemnizaciones de hasta seis meses— con el argentino.
Sobre la reforma tributaria, se manifestó a favor de avanzar hacia un impuesto único y criticó duramente el peso de Ingresos Brutos, que calificó como un tributo distorsivo que encarece cada eslabón de la cadena.
También dejó abierta la puerta a un eventual regreso de un sistema previsional similar a las AFJP “más adelante”, como parte de una agenda de modernización.
Inflación: cuánto espera para 2025 y 2026
Al hablar de precios, Ferreres fue preciso: estimó que la inflación anual cerrará 2025 entre 29% y 30%, mientras que para 2026 prevé un rango de 14%-15%. Aun así, advirtió que esos números siguen dejando a Argentina “segunda después de Venezuela” en la región, donde la mayoría de los países se mueve entre 4% y 5%.
Para 2027, espera que la inflación finalmente pueda llegar al dígito, si se mantienen la disciplina fiscal y el orden monetario.
La clave: crecer
Ferreres cerró con un diagnóstico contundente: “Lo que falta es crecimiento del PBI”. Dijo que está recibiendo consultas de inversores interesados, aunque todavía prevalecen las dudas. “Hay problemas, pero se está mejorando mucho. Las cosas están saliendo bien, pero se necesita tiempo”, concluyó.