Remarcó que la emisión monetaria solo se activará en dos situaciones: si el tipo de cambio toca el piso de la banda o si el Tesoro no logra renovar el 100% de sus vencimientos.
Federico Furiase, director del Banco Central y estrecho colaborador del ministro de Economía Luis Caputo, explicó la estrategia oficial para sostener el tipo de cambio en el piso de la banda cambiaria acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El esquema se apoya en tres pilares: el ingreso de capitales de inversores no residentes, el impacto estacional de la cosecha agrícola y el superávit fiscal, que absorbe cerca de un billón de pesos por mes, reduciendo la liquidez en el mercado.
Además, la baja temporal de retenciones hasta julio busca acelerar las liquidaciones del agro, lo que sumaría más dólares al mercado cambiario.
Furiase remarcó que la emisión monetaria solo se activará en dos situaciones: si el tipo de cambio toca el piso de la banda o si el Tesoro no logra renovar el 100% de sus vencimientos. En ese caso se aplicará el “Punto Anker”, una estrategia bautizada en referencia a la consultora fundada por Caputo, que apunta a evitar una emisión sin respaldo y mantener la estabilidad del dólar.
En paralelo, el Gobierno busca remonetizar la economía sin imprimir más pesos. Para eso, impulsa el uso de los dólares que los argentinos mantienen fuera del sistema formal, con el objetivo de reforzar la liquidez sin generar presión sobre la inflación.
“Hoy hay más dólares que pesos en la calle, y eso no le sirve a nadie si no circulan”, advirtió Caputo, al explicar que esos fondos deben ingresar al circuito económico para impulsar la actividad.
Esta política forma parte del nuevo acuerdo con el FMI, que incluye un préstamo por 20.000 millones de dólares y la implementación de un régimen de bandas cambiarias flexibles. El objetivo del Gobierno es claro: estabilizar el dólar, bajar la inflación al 1% mensual y acumular reservas en un contexto económico desafiante y volátil.