Un juez federal de Washington dictaminó este martes que Google, propiedad de Alphabet, deberá compartir datos clave con sus rivales para fomentar la competencia en el mercado de las búsquedas en línea. La decisión marca un hito en la batalla legal que el gigante tecnológico mantiene desde hace cinco años con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El alcance del fallo
El magistrado Amit Mehta rechazó la propuesta de los fiscales que buscaban medidas más drásticas, como obligar a Google a desprenderse de su navegador Chrome o de su sistema operativo Android, dos de los productos más estratégicos de la compañía.
En cambio, el juez ordenó que la empresa no pueda firmar acuerdos de exclusividad con fabricantes de dispositivos, que limiten la instalación de motores de búsqueda alternativos en los equipos nuevos. También dispuso que Google ponga a disposición de sus competidores ciertos datos de búsqueda que hoy concentra en sus sistemas.
Cavallo minimizó “riesgo KUKA” y habló de “improvisaciones del equipo económico”
La reacción de Google
Durante el juicio celebrado en abril, el CEO Sundar Pichai expresó su preocupación por la posibilidad de que el acceso a esos datos permita a otros actores realizar ingeniería inversa de la tecnología de Google, debilitando así su liderazgo en innovación.
La compañía ya anticipó que apelará el fallo, lo que podría retrasar su implementación por varios años. Según argumentó en su defensa, la medida adecuada sería únicamente flexibilizar los acuerdos con fabricantes de dispositivos, desarrolladores de navegadores y operadores móviles, algo que asegura haber comenzado a aplicar.
Los acuerdos bajo la lupa
De hecho, documentos presentados en el juicio mostraron que Samsung, Motorola, AT&T y Verizon ya tienen habilitada la posibilidad de preinstalar buscadores rivales en sus dispositivos y servicios. Para los fiscales, sin embargo, esos cambios son insuficientes para restaurar una competencia real en el mercado de las búsquedas.
Un monopolio ilegal en la mira
El origen del caso se remonta a 2020, cuando el Departamento de Justicia demandó a Google por mantener un monopolio ilegal en las búsquedas online y la publicidad asociada. En 2023, el juez Mehta ya había fallado en contra de la compañía al confirmar la posición dominante de la firma.
Ahora, los fiscales presionaron por remedios más agresivos que también impidieran a Google extender su dominio hacia la inteligencia artificial, un terreno estratégico donde la empresa compite contra OpenAI, Microsoft y otros actores.
Lo que viene
Aunque la sentencia actual es un golpe simbólico importante, la verdadera batalla podría extenderse durante años en las instancias de apelación. Mientras tanto, el fallo abre una puerta para que otros buscadores —como Bing, DuckDuckGo o emergentes basados en IA— intenten ganar terreno en un mercado que Google domina con más del 90% de las consultas a nivel global.