Milei completa la nueva autoridad antimonopolio, tras siete años de espera

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Tras un extenso impasse regulatorio, el Ejecutivo oficializó a los cinco integrantes de la Autoridad Nacional de la Competencia, un organismo clave para supervisar fusiones, prácticas empresariales y concentración económica.

El Gobierno nacional puso fin a un vacío institucional que llevaba siete años: a través del Decreto 810/2025, publicado este lunes en el Boletín Oficial, designó a los cinco miembros que integrarán la Autoridad Nacional de la Competencia (ANC), el organismo encargado de vigilar prácticas anticompetitivas y controlar movimientos de concentración económica.

La ANC funcionará como una entidad descentralizada y autárquica, dependiente del Poder Ejecutivo, y sus autoridades fueron seleccionadas mediante un Concurso Público de Antecedentes y Oposición, tal como exige la ley aprobada en 2018 y demorada desde entonces.

■ Los nuevos integrantes

El comunicado oficial detalla la siguiente conformación:

  • Eduardo Montamat, presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia.
  • Lucas Trevisani Vespa, vocal del Tribunal.
  • Marcelo D’Amore, vocal del Tribunal.
  • Germán Zamorano, secretario de Concentraciones Económicas.
  • Ana Parente, secretaria instructora de Conductas Anticompetitivas.

Los nombramientos fueron realizados en comisión por el presidente Javier Milei, y quedarán sujetos a la posterior aprobación del Senado.

■ Un paso clave para la institucionalidad económica

La creación efectiva de la ANC era un pendiente central para dotar al sistema de defensa de la competencia de una estructura independiente, técnica y estable, capaz de intervenir en investigaciones sensibles, evaluar fusiones empresariales y sancionar abusos de posición dominante.

Con esta definición, el Gobierno busca cumplir con estándares internacionales y reforzar la credibilidad en un área determinante para la transparencia de los mercados.

La designación llega, así, siete años después de la sanción de la ley que ordenaba su puesta en marcha, un retraso que había sido criticado por especialistas y cámaras empresariales por la ausencia de controles consistentes sobre prácticas monopólicas.

Con el equipo finalmente designado, el desafío ahora pasa por consolidar la ANC como un árbitro confiable en un ecosistema económico que atraviesa fuertes reacomodamientos y mayor actividad en fusiones y adquisiciones.

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