Tras un 2025 marcado por la incertidumbre electoral y el freno en la actividad, las entidades financieras anticipan un año de recuperación: caída del costo de fondos, mejora en los bonos y mayor demanda de préstamos.
Los directivos del sector señalaron que la economía atravesó un tercer trimestre muy complejo, con suba de la mora y pérdidas para los bancos. Sin embargo, aseguran que el último tramo del año muestra señales de alivio y que el crédito podría volver a crecer desde comienzos de 2026.
Desde ADEBA explicaron que el boom crediticio que venía hasta mitad de año se cortó por el apretón monetario y el clima preelectoral. Ahora, con tasas más bajas y una macro más estable, prevén que la morosidad tardará en normalizarse, pero ya dejó de empeorar.
También destacaron el rol del mercado de capitales. Las ALyCs atravesaron un año difícil, pero confían en que 2026 será más favorable si continúan la estabilidad macro y la seguridad jurídica. Coincidieron en que sin reglas claras los ahorros no regresarán a la inversión local.
Los bancos ven sectores dinámicos para el próximo año —Oil & Gas, campo y minería— y advierten que el desafío será recuperar la liquidez para poder expandir el crédito. También remarcan la necesidad de desarrollar una curva de pesos que permita financiar proyectos a largo plazo, especialmente para pymes.
El sistema financiero aspira a convertirse en uno de los motores de la recuperación económica en 2026, con más crédito, menor mora y un mercado de capitales más profundo.
