Las calificaciones de emisor a largo plazo en moneda extranjera y moneda local del Gobierno a Caa1 desde Caa3. La perspectiva se cambió a estable desde positiva. Según la compañía, se redujo la probabilidad de un nuevo incumplimiento
La suba de calificación definida hoy por Moody’s reflejó, según explicó la compañía, “nuestra visión de que la amplia liberación de los controles cambiarios y, en menor medida, de capital, junto con un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), respaldan la disponibilidad de liquidez en divisas y alivian la presión sobre las finanzas externas. Esto reduce la probabilidad de un evento crediticio”.
A continuación, los principales pasajes del informe divulgado por Moody’s:
La transición gradual hacia una cuenta de capital más abierta y la continua eliminación de los controles cambiarios son un primer paso hacia la sostenibilidad de los pagos externos. El proceso de desinflación, impulsado por un cambio efectivo en la política fiscal y macroeconómica, y las reformas económicas que buscan eliminar las distorsiones del mercado y atraer inversiones reales también respaldarán el objetivo del programa del FMI de lograr la sostenibilidad de la balanza de pagos a mediano plazo. Sin embargo, la debilidad de las reservas externas y los impedimentos estructurales para la inversión son todavía desafíos para la estabilidad externa y limitan el perfil crediticio soberano en el nivel de calificación Caa1.
La perspectiva estable refleja un equilibrio entre los riesgos al alza y a la baja, ya que los desafíos e incertidumbres en materia de políticas se mantienen en el nivel actual de calificación Caa1. La recuperación económica y el apoyo popular a las políticas de ajuste del gobierno antes de las elecciones legislativas de octubre podrían conferirle al gobierno un mandato político más fuerte para acelerar su agenda de reformas económicas. Los riesgos a la baja se derivan de la eliminación de los controles de capital y cambiarios restantes, que podrían reavivar los desequilibrios macroeconómicos que pondrían en peligro la sostenibilidad de la balanza de pagos.
El techo país en moneda local de Argentina aumentó a B1 desde B3, mientras que el techo país en moneda extranjera aumentó a B2 desde Caa1. La brecha de tres escalones entre el techo en moneda local y la calificación soberana de Caa1 equilibra la creciente previsibilidad de las acciones e instituciones gubernamentales y la disminución de la presencia del gobierno en la economía y el sistema financiero, con la débil estabilidad de la balanza de pagos. La brecha de un escalón entre el techo en moneda extranjera y el techo en moneda local refleja una mayor eficacia de las políticas y un endeudamiento externo relativamente bajo, compensado por la baja apertura de la cuenta de capital.
FUNDAMENTOS DE LAS CALIFICACIONES
FUNDAMENTOS DEL AUMENTO DE LAS CALIFICACIONES A Caa1
LA LIBERACIÓN DE LOS CONTROLES CAMBIARIOS Y DE CAPITAL ES UN PASO CLAVE HACIA LA SOSTENIBILIDAD DE LOS PAGOS EXTERNOS
El alza de las calificaciones refleja un menor riesgo de evento crediticio, ya que el levantamiento gradual de las restricciones cambiarias permite una transición hacia un régimen cambiario más sólido basado en la acumulación de reservas internacionales.
En abril, las autoridades sustituyeron el sistema de paridad móvil (crawling peg) por un nuevo régimen de flotación cambiaria del peso argentino dentro de bandas. Las restricciones distorsionadoras para acceder a divisas en el mercado oficial se relajaron en su mayoría, pero algunas aún se mantienen, y se flexibilizaron ciertas restricciones en la cuenta de capital. El marco cambiario más flexible está orientado a reconstruir las reservas, limitar los riesgos de sobrevaluación de la moneda que han obstaculizado la competitividad y permitir un ajuste más rápido de las finanzas externas para mejorar la disponibilidad de liquidez en moneda fuerte y mantenerse al día con el servicio de la deuda externa.
La eliminación de los controles cambiarios distorsionadores está mejorando el funcionamiento del mercado en varios sectores de la economía. Tras seis trimestres en los que la economía se contrajo de forma interanual, la actividad económica volvió a crecer en el cuarto trimestre de 2024. La economía se expandió un 5,9% en el primer trimestre de 2025, impulsada por la demanda interna y respaldada por una recuperación de la confianza. La desinflación ha contribuido al aumento de los salarios reales, mientras que el ajuste fiscal ha mejorado la disponibilidad de crédito, que ya no se ve desplazada por préstamos al sector público. El equilibrio de la posición fiscal representa un quiebre con el largo historial de dominio fiscal y financiación del déficit por parte del banco central de Argentina, lo que sugiere que es probable que la recuperación actual sea más duradera.
Prevemos que el producto bruto interno (PBI) real crecerá un 4% en 2025 y se desacelerará ligeramente al 3,5% en 2026, aunque nuestras proyecciones presentan cierto riesgo al alza.
La continua liberación del resto de los controles cambiarios y de capital será gradual para evitar que se desencadene inestabilidad durante el proceso de ajuste macroeconómico en curso. La transición al nuevo régimen no ha generado importante volatilidad financiera o macroeconómica, lo que ha reducido los riesgos que anteriormente limitaban la calificación de la deuda soberana a un nivel más bajo.
LOS DESEMBOLSOS DEL ÚLTIMO PROGRAMA DEL FMI FORTALECEN LAS RESERVAS Y ALIVIAN LA PRESIÓN SOBRE LAS FINANZAS EXTERNAS
La liberación de los controles cambiarios y de capital está respaldada por un nuevo Programa de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) con el FMI que proporciona financiación de USD20.000 millones (3% del PBI) durante cuatro años, de los cuales USD12.000 millones se desembolsaron cuando se aprobó el programa en abril y otros USD3000 millones están sujetos a revisiones hasta finales de 2025. Además, los próximos desembolsos de bancos de desarrollo multilaterales alcanzarán los USD6100 millones, lo que aumentará aún más las reservas. A diferencia de todos los programas anteriores del FMI, los desembolsos no se utilizarán para financiar los déficits presupuestarios, sino para apoyar la estabilidad de la balanza de pagos.