El ministro de Economía replicó con dureza a un posteo de la directora del Banco Ciudad, que cuestionó sus vínculos con JP Morgan y la recompra de deuda. “Podría ganar diez veces más en el sector privado, pero elijo servir al país”, retrucó el funcionario.
El ministro de Economía, Luis Caputo, volvió al centro de la escena política tras un fuerte cruce en redes sociales con Delfina Rossi, directora del Banco Ciudad e hija del exministro de Defensa Agustín Rossi. Todo comenzó cuando la economista publicó un mensaje en el que puso bajo sospecha los vínculos de Caputo con JP Morgan y el reciente plan oficial de recompra de deuda.
“1° acto: Caputo trabaja en JP Morgan. 2° acto: Caputo, ya ministro, toma una deuda impagable. 3° acto: Caputo, ministro nuevamente, anuncia que recompra esa deuda con ‘asistencia’ del JP Morgan. ¿Qué nombre le ponemos a esta obra?”, escribió Rossi en la red X (ex Twitter), en un tono crítico y con evidente ironía.
La respuesta del titular del Palacio de Hacienda no tardó en llegar. “Delfina, somos y representamos exactamente lo opuesto. Yo podría trabajar en el sector privado por más de diez veces de lo que gano en el sector público. Lo hago por la Patria”, replicó Caputo, defendiendo su gestión y asegurando que sus motivaciones son puramente vocacionales.
El ministro fue más allá y reveló que dos de sus hijos colaboran ad honorem en el Estado, “solo para ayudarme a tratar de sacar este país adelante”. Luego, apuntó directamente contra la economista: “Vos trabajás en el sector público porque en el privado no te pagarían ni la décima parte. Estás ahí por acomodo, para cobrar un sueldo que no te merecés”.
El cruce generó un intenso revuelo en redes sociales y en el ámbito político, donde algunos funcionarios salieron a respaldar al ministro, mientras que otros calificaron sus declaraciones de “agraviantes”.
En un clima de campaña y con las tensiones al máximo entre oficialismo y oposición, el enfrentamiento entre Caputo y Rossi refleja el tono áspero del debate económico y político argentino, donde las disputas personales se entrelazan con la discusión de fondo sobre la gestión del Estado y la transparencia institucional.