Tras la partida de Whirlpool, De Mendiguren comparó el rumbo económico: “Vamos a un modelo nigeriano, no al noruego”

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El exministro de Producción José Ignacio De Mendiguren volvió a criticar con dureza el rumbo económico luego de confirmarse la partida de Whirlpool del país.

Según advirtió, Argentina está avanzando hacia un esquema “extractivo y primarizado” que no genera valor, empleo ni capacidades tecnológicas, en contraste con un modelo de desarrollo moderno e integrado a la industria global.

De Mendiguren lamentó que el país pierda inversiones como la de Whirlpool, que —recordó— había montado una de las plantas “más modernas y competitivas del mundo”. La fábrica producía “un lavarropas cada 80 segundos” y exportaba de manera significativa a Brasil, destacó el economista.

El exfuncionario subrayó que Whirlpool se instaló sin pedir RIGI ni beneficios especiales: “No pidieron condiciones extraordinarias; fue una inversión absolutamente genuina”. Para De Mendiguren, que una compañía con ese nivel de sofisticación se vaya del país “es una señal de alarma” del clima de negocios.

También reveló que en 2023, la cúpula global de Whirlpool había proyectado convertir a la Argentina en un hub regional de lavarropas frontales, con una inversión “desde cero”, que incluía obras, montaje y capacitación de trabajadores. Que ese plan se haya descartado, remarcó, demuestra que “ya no es negocio”.

“Bestialidad” en el manejo y solo el 10% del empleo en minería y economía del conocimiento

El exministro calificó de “bestial” la forma en que se atravesó la situación y advirtió que, si bien sectores como la minería o la industria del conocimiento son estratégicos, representan apenas “el 10% del empleo”, por lo que no pueden ser la única apuesta de un país que busca crecer de manera equilibrada.

Noruega vs. Nigeria: los dos modelos que, según De Mendiguren, están en juego

Para explicar su mirada, De Mendiguren contrastó dos esquemas de desarrollo:

  • El modelo noruego, al que según él aspiraba Argentina, utiliza recursos naturales (como petróleo y gas) para impulsar proveedores locales, innovación y tecnología, expandiendo tejido productivo.

  • El modelo nigeriano, que identifica como el predominante hoy en el país, se basa en la extracción sin valor agregado: empresas que “se la llevan toda”, sin invertir, sin transferir conocimiento y utilizando equipamiento usado.

El economista afirmó que este último modelo es estructuralmente inviable: con un ingreso per cápita de US$ 2.200, frente a los US$ 85.000 de Noruega, “nunca vas a acumular los dólares necesarios para una sociedad sustentable”.

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