Estados Unidos aprobó un paquete de reforma fiscal que amplía los recortes de impuestos de 2017, recorta el gasto social y genera preocupación por su impacto en el déficit y la desigualdad.
El Senado de EE.UU. aprobó, por escaso margen, una ambiciosa reforma fiscal impulsada por Donald Trump que amplía de forma permanente los beneficios impositivos establecidos en su primera presidencia.
El proyecto también reduce el gasto público en programas sociales clave como Medicaid y SNAP (cupones de alimentos), y eleva el techo de deuda.
Entre las medidas más comentadas está la eliminación de impuestos sobre propinas y horas extra, y la implementación de un polémico “cheque bebé” de US$1.000 anuales entre 2025 y 2029 para familias con hijos.
Elon Musk amenaza con desbancar a congresistas que apoyen el proyecto fiscal de Trump
Sube el déficit, caen las coberturas sociales
De acuerdo con la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), esta reforma podría sumar más de US$2,4 billones al déficit fiscal en la próxima década. Al mismo tiempo, 10,9 millones de personas perderían el acceso a cobertura médica o asistencia alimentaria debido a los nuevos requisitos laborales.
El impacto redistributivo también preocupa: el 10% más rico del país se beneficiaría con recortes de hasta US$12.000 por año, mientras que los hogares más pobres perderían alrededor de US$1.600 anuales en promedio.
Elon Musk y Trump, en disputa
La votación abrió una nueva grieta política. Elon Musk calificó la ley de “repugnante” y advirtió que financiará campañas contra legisladores que votaron a favor, incluso dentro del Partido Republicano. Trump, en cambio, festejó el avance y advirtió que los congresistas que no apoyen su agenda “no sobrevivirán a las primarias”.
Además, el expresidente amenazó con revisar subsidios a empresas como Tesla o SpaceX, si Musk continúa su campaña crítica.
¿Qué viene ahora?
La ley aún debe pasar por la Cámara de Representantes. Trump quiere que esté firmada antes del 4 de julio para presentarla como una victoria legislativa en pleno año electoral. Pero el debate continúa: la oposición asegura que la reforma beneficia a los poderosos en detrimento del resto y compromete la sostenibilidad fiscal de EE.UU.