Uno por uno: los seis IPO argentinos que tropezaron en el mercado

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El último fue de Distribuidora de Gas del Centro (DGCE) que decidió suspender su salida a la Bolsa. Pero hubo otras cinco empresas con dificultades a la hora de abrir su capital a inversores.

Seis empresas argentinas sufrieron reveses en sus intentos por salir a cotizar en la Bolsa de Comercio porteña y en Wall Street. Un reciente informe de la consultora especializada Delphos Investment hizo un repaso de cada uno.

1 – Molino Cañuelas (MOLC)

El contexto local e internacional resultaban muy favorables, con el oficialismo habiendo ganando las elecciones de medio término y el mercado norteamericano continuaba la tendencia alcista. Además, pocos días atrás había sido el IPO de Loma Negra (LOMA), el segundo más grande de la historia argentina, mostrando el gran apetito por activos de riesgo locales.

Sin embargo, la compañía no presentaba su mejor versión. Un gran apalancamiento financiero y malos resultados llevaron a la compañía a presentar una hoja de balance con patrimonio neto negativo al momento del IPO. El papel resultaba atractivo si presentaba un importante descuento debido al stress financiero, sin embargo, el rango sugerido por los colocadores tenía implícito una fuerte expectativa de crecimiento futuro. Finalmente, la demanda no fue suficiente y la compañía decidió posponer la colocación.

2 – Laboratorios Richmond (RICH)

El segundo caso fue Richmond que, al igual que MOLC, contaba una historia ambiciosa de crecimiento y ello se veía reflejado en el rango sugerido por los colocadores ($ 35 – $ 47 por acción). Argentina en general mostraba grandes perspectivas futuras, sin embargo, el inversor comenzaba a sentir ese gran optimismo futuro. Así, el IPO se llevó adelante y RICH debutó en el mercado, pero saliendo por debajo del promedio del rango sugerido ($ 37 por acción vs. $ 41 por acción). Hoy el papel se encuentra cotizando muy por debajo del límite inferior.
3 y 4 – Corporación América y Central Puerto (CAAp y CEPU)

Salieron con muy pocos días de diferencia y con la misma característica: por debajo del límite inferior del rango sugerido. En CAAP preocupaba un poco el riesgo de la prórroga de los contratos de concesión, mientras que en CEPU la expectativa de crecimiento implícita en los precios era muy fuerte e hizo que el mercado las bajara un poco al adquirir el papel a 16,50 US$/ADR (rango sugerido 17,50 – 21,50 US$/ADR).

Por otro lado, para CAAP significaba el debut como compañía con oferta pública en el NYSE, mientras que CEPU ya cotizaba en la bolsa de Buenos Aires, y esta oferta pública significaba un aumento de su liquidez al comenzar a operar en New York. CEPU llegó a cotizar a un máximo de 25 US$/ADR por lo que este IPO significó una caída de 34%. El contexto local estaba siendo magro, con el Merval ensayando una breve pausa tras los máximos históricos hacia finales de enero, sin embargo, la corrección de febrero (tanto local como internacional) todavía no había empezado.
5 – Bioceres (BIOX)

Fue el segundo IPO suspendido en esta secuencia. Probablemente haya enfrentado el peor contexto de todos los casos antes mencionado. La salida estaba planeada para mediados de febrero, momento en que el mercado internacional se encontraba averso al riesgo en general, mucho más hacia activos de riesgo argentinos.

La emisión era pequeña (market cap estimado en US$ 430 MM) lo que le quitaba aún más atractivo. El rango sugerido contemplaba un crecimiento futuro y desempeño financiero de la compañía que yacía en la aprobación regulatoria para el uso y comercialización de la tecnología producida por la firma. El resultado: posponer la salida en oferta pública.

6 – Distribuidora de Gas del Centro (DGCE)

La compañía pertenece a un sector que, con los ajustes tarifarios, las expectativas por vaca muerta y todo el potencial del país por años de atraso, contempla uno de los mayores crecimientos. Hoy creemos que el sector del gas en general ya ha incorporado gran parte de toda esa expectativa (incluso en algunos casos llegando a una sobre ponderación), por lo que la estrategia de DGCE fue la de salir al mercado con un descuento considerable vs. sus pares.

Aun así, no fue suficiente, dado que el mercado veía que la compañía plasmaba en el rango sugerido un crecimiento importante y la demanda no fue suficiente. Los accionistas decidieron posponer el IPO

 

“Es cierto que hoy el escenario no es el ideal para un IPO, y aunque de cara al futuro hay drivers importantes como la decisión del MSCI de incluir a Argentina como mercado emergente, notamos algo elevadas las expectativas de crecimiento que las compañías incorporan en sus rangos de precio sugerido. Ello hace que capturen el mayor valor posible, dejando poco upside para los inversores. Las compañías deberían buscar socios financieros en lugar del obtener el mayor rédito posible. Si se recalibran las expectativas al momento de salir públicamente, esta tendencia de malos IPO podría revertirse sin inconvenientes, porque el apetito por activos locales continúa vigente”, aconsejó Delphos.

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