Depósitos, préstamos y liquidez bancaria: cómo respondió el sector a la crisis

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En el Informe de Política Monetaria difundido ayer, el Banco Central analizó la reacción del sistema financiero a la volatilidad cambiaria.

Durante el episodio de volatilidad cambiaria, el sistema financiero mostró una gran solidez,  consideró el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPOM).

La autoridad monetaria mencionó que los depósitos del sector privado en pesos crecieron en términos nominales (2% promedio mensual sin estacionalidad en mayo y junio, similar al crecimiento mensual del primer trimestre del año) y mostraron una contracción leve en términos reales (-0,4% promedio mensual sin estacionalidad en el mismo lapso, también similar a la dinámica observada en el primer trimestre del año).

Los depósitos a plazo fijo, que reflejan mejor las decisiones de ahorro, crecieron a un ritmo promedio de 2,5% en términos nominales sin estacionalidad (levemente superior  al  observado  en  el  primer  trimestre  del  año)  y  se  mostraron  estabilizados  en  términos  reales.

Los depósitos en dólares se mantuvieron estables en torno a los US$26.200 millones.  Esta  dinámica  de  los  depósitos  bancarios  puede  explicarse  debido  a  la  fortaleza  que  muestran las entidades financieras en sus principales indicadores de solvencia, liquidez y riesgo: bajos niveles de morosidad, altos ratios de liquidez, elevados niveles de integración de capital, y un bajo descalce de monedas (ver el Informe de Estabilidad Financiera del Primer semestre de 2018).

Por su parte, los préstamos bancarios al sector privado en pesos desaceleraron su crecimiento en mayo y junio.  Así,  luego  de  aumentar  en  promedio  1,4%  mensual  real  desestacionalizado  en  los  primeros  cuatro  meses del año, registraron una expansión de 0,6% en mayo y de 0,3% en junio. Todas las líneas crediticias, con excepción de los préstamos con tarjeta de crédito, mostraron una menor expansión en comparación al primer trimestre del año, con una desaceleración del crecimiento de adelantos en cuenta corriente e hipotecarios y una caída de documentos, prendarios y personales (en términos reales).

Para los próximos meses se espera un crecimiento de los préstamos bancarios más moderado que en meses previos, acomodándose a una menor demanda agregada.

Dentro de los préstamos comerciales, en el primer cuatrimestre del año (última información disponible) se observó que mientras que los préstamos a las empresas más grandes desaceleraron su tasa de crecimiento en términos reales, los destinados a las pequeñas y medianas empresas comenzaron a descender, tendencia que se prevé haya continuado en los meses de mayo y junio con la turbulencia financiera.

Con el objeto de aliviar las condiciones crediticias y reducir el nivel de las tasas de interés que enfrentan las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), el Banco Central definió una serie de medidas:

-Flexibilización de capitales mínimos: se incrementó de $10 millones a $30 millones el límite hasta el  cual  los  bancos  deben  conservar  $6  por  cada  $100  otorgados  a  mipymes  en  créditos,  para  incentivar a los bancos a otorgar préstamos que hoy requieren exigencias mayores.

-Redireccionamiento  de  encajes:  se  definió  la  posibilidad  de  utilizar  los  fondos  provenientes  de  franquicias de encajes para aplicarlos a líneas crediticias destinadas a las mipymes y al plan “Ahora 12” y sus complementarios.

-Descuento  de  cheques:  se  eliminó  el  tope  vigente  del  15%  de  la  Responsabilidad  Patrimonial  Computable (RPC) para considerar garantía preferida al descuento de documentos, lo que implica menores previsiones a esta clase de operaciones.

En este contexto, la liquidez amplia (depósitos en cuenta corriente en el BCRA, efectivo, pases netos, LELIQ, LEBAC  y  bono  2020)  en  relación  a  los  depósitos  totales  se  mantuvo  estable  en  torno  a  41,5%  para  el  conjunto del sistema financiero en el segundo trimestre del año. Este comportamiento no fue homogéneo entre  los  distintos  tipos  de  entidades  financieras.  Mientras  que  para  las  entidades  privadas  el  ratio  de  liquidez se incrementó de 43,8% a 45,2% entre marzo y junio de este año, para las entidades públicas cayó de 41,8% a 38,1%.

Dentro de los activos que componen la liquidez del conjunto de entidades financieras, se observó  una  caída  de  la  participación  de  las  LELIQ  frente  a  un  incremento  del  peso  de  las  LEBAC,  los  depósitos en cuenta corriente en el Banco Central y el bono 2020 como nuevo activo admitido para la integración de encajes.

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