Ambas naciones cerraron un entendimiento luego de 10 rondas de negociaciones. Informe de TPCG.
Ecuador anunciór un nuevo acuerdo de libre comercio con China, con el que concluye la ronda de conversaciones iniciada cuando el presidente Guillermo Lasso visitó Pekín en febrero de 2002. El acuerdo se cerró en menos de 10 meses en cuatro rondas de negociaciones.
Un informe de TPCG indicó que entre los principales puntos a destacar del acuerdo figuran la reducción de aranceles, la mejora de los procedimientos aduaneros, la cooperación para la inversión, la promoción del comercio electrónico, la mejora de la competencia y la transparencia en un marco de mayor cooperación económica.
El acuerdo permitirá el acceso preferencial del 99% de las exportaciones actuales de Ecuador a China, principalmente productos como camarón, banano, flores, cacao y café, pero también abrirá las puertas a la exportación de productos no tradicionales, en su mayoría de origen agrícola o agroindustrial.
El acuerdo se anticipó a las sensibilidades de los sectores manufacturero y agrícola, y establece varias excepciones, además de una reducción arancelaria gradual para permitir la adaptación del país.
Además, el acceso libre de aranceles a materias primas, insumos, herramientas y equipos debería reducir los costos de producción para la industria ecuatoriana, beneficiando al sector y a los consumidores.
La firma del acuerdo aún no ha tenido lugar y se espera que se produzca después de que los respectivos gobiernos finalicen la formalización de las ofertas y la revisión del acuerdo.
El acuerdo debería ser beneficioso para Ecuador, siendo apropiado el enfoque en los productos no petroleros.
En la actualidad, el comercio conjunto entre Ecuador y China supera los 10.000 millones de dólares, convirtiéndose este último en el principal socio comercial no petrolero del primero.
En este contexto, es probable que el acuerdo sea muy beneficioso para las exportaciones de Ecuador. Si se observan los datos interanuales, Ecuador disfruta de un superávit comercial con China (425 millones de USD), ya que el país latinoamericano exporta más a China de lo que importa, lo que le sitúa en una posición privilegiada para beneficiarse del acuerdo, especialmente si el escenario mundial sigue favoreciendo a las materias primas.
Además, tanto las exportaciones como las importaciones de Ecuador hacia y desde China son en un 98% no petroleras, lo que hace adecuado el enfoque del acuerdo.
Por último, aunque las exportaciones de petróleo del país han experimentado un auge a lo largo de 2022 (+31,5% interanual), compensando incluso una disminución del volumen (-7,4% interanual), las exportaciones no petroleras siguen siendo el mayor subsector, representando el 64% de las exportaciones, y también han aumentado un +21,6% interanual.
En general, es probable que el acuerdo comercial beneficie al sector más importante de las exportaciones ecuatorianas en un contexto en el que estas últimas tienen ventaja con respecto a las importaciones chinas.
Sin embargo, la aplicación del tratado aún no está clara, y es probable que el impacto final del acuerdo venga determinado por dichos detalles.
Además, en una ronda anterior de conversaciones, Ecuador logró reestructurar la deuda bilateral del país con China.
El país tiene cuatro préstamos activos con bancos chinos, entre ellos el Banco de China (365 millones de dólares), el Banco de Desarrollo de China (1.500 millones de dólares) y el Eximbank de China (2.200 millones de dólares).
El importe pendiente de dichos préstamos asciende a casi 4.000 millones de dólares y Ecuador deberá devolver la mayor parte del principal entre 2023 y 2030.
Con la reestructuración, la administración pudo espaciar el pago del perfil, que estaba fuertemente anticipado, ya que entre 2023 y 2024 los pagos del principal ascendían a USD2.300 millones.
Tras las negociaciones, para esos mismos años Ecuador tendrá que cancelar sólo 1.300 millones de dólares.
Además, China concedió un tipo de interés ligeramente inferior para el resto de los pagos, aunque el aplazamiento de los pagos del principal durante un período más largo compensa la reducción de los costes de endeudamiento, lo que se traduce en mayores pagos de intereses para el país.
Por lo tanto, el ahorro neto para 2023 ascendería a 550 millones de dólares, ya que la reducción de 590 millones en los pagos de principal se ve ligeramente compensada por el aumento de 40 millones en los pagos de intereses, mientras que para 2024 dicho ahorro ascendería a 268 millones (-350 millones en principal, +80 millones en intereses).
