Lacunza reconoció que no están dadas las condiciones para levantar el cepo cambiario rápido como en 2015

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En el 40° aniversario del Congreso Anual del IAEF, el ex Ministro de Economía y actual asesor económico de Horacio Rodrïguez Larreta señaló que las actuales restricciones cambiarias son una “anormalidad”. También habló sobre la inflación, FMI, subsidios, y cuáles son los sectores con mayor productividad a futuro

“Me gustaría levantar el cepo en un día porque el cepo es una anormalidad, un torniquete que se pone cuando tenés una hemorragia. ¿Podés vivir 4 años con el torniquete? No, te agarra trombosis”. Sin embargo, enseguida reconoció que sería imposible hacerlo como en 2015, es decir de un día para el otro.

Con estas palabras, el ex ministro de Economía Hernán Lacunza aseguró que el levantamiento del cepo cambiario es un de las premisas que plantea el próximo gobierno que podría integrar, al igual que la normalización gradual de la economía argentina en caso de producirse una victoria de Juntos por el Cambio en las próximas elecciones presidenciales.

Lacunza, quien fuera el último Ministro de Economía durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), se perfila como el titular de la cartera de Hacienda para la hipotética gestión de Horacio Rodríguez Larreta en caso de ganar las elecciones generales para presidente, a realizarse el próximo 22 de octubre de este año. Aunque, primero, deberá imponerse a la lista encabezada por Patricia Bullrich, la otra candidata a presidente en Juntos por el Cambio en las PASO que se llevarán a cabo el 12 de agosto.

Sin embargo, aún no se imagina como futuro Ministro de Economía de la gestión Larreta: “No lo sé. Tengo vocación con lo público. La verdad es que formo parte de Juntos por el Cambio, del PRO. Trabajo en el diseño de ideas, de persuasión también en los dirigentes políticos”, aseguró.

“Un problema de 2015 fue que la coalición se había armado un mes antes de las PASO y no hubo tiempo de consensuar ideas y programas. Macri lo dice siempre: cada vez que tenía que tomar medidas era más la discusión interna que externa”, reconoció el ex Ministro de Economía. De todos modos, señaló que quien deba desempeñar esa función “deberá tener un rol abarcativo”.

El economista y actual director General de Empiria Consultores y actual asesor económico de Juntos por el Cambio participó del 40° aniversario del Congreso Anual del  Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que se realizó este martes en el Centro de Convenciones de Buenos Aires.

Lacunza se refirió a las próximas medidas que podría tomar el nuevo gobierno, entre ellas, el cepo cambiario, levantamiento de subsidios, regulación de tarifas y control de la inflación en “La Economía que viene: escenarios de la economía local e internacional”, panel que contó con la moderación de la periodista Carolina Amoroso.

El eje temático del 40° aniversario del IAEF está sustentado en la confianza: “pilar esencial para una transformación decisiva”. La pérdida de la credibilidad está cada vez más presente tanto en la economía como en la clase política argentina.

“La confianza o desconfianza y al fin y al cabo es un resultado. Es una sensación, un estado, que aplica a las comunidades, a los países y también a las personas, a las familias, a las amistades, a todo”, dijo Lacunza.

“Se construye en base a decir la verdad, a honrar la palabra. Hay que decir la verdad para generar confianza pero yo acá no estoy haciendo campaña”, aseguró el exministro de Hacienda.

Levantamiento del “cepo” cambiario

“Los momentos históricos nunca son idénticos, lo que se hace en un momento puede ser oportuno para ese momento pero no para otro. Hay diferencias con respecto a 2015. A este tipo de cambio, hoy tenemos más demanda que oferta de divisas”, reconoció el economista.

“A pesar del cepo que no se puede cambiar, no se puede viajar, a pesar de todas las restricciones y de la pandemia este gobierno ha perdido 40.000 millones de dólares en estos cuatro años”, añadió.

Lacunza definió al cepo cambiario como una anormalidad. “No podemos acostumbrarnos a la anormalidad. Es solo aceptable, tolerable durante  la hemorragia pero en el medio para poder relajarlo tenés que diagnosticar qué te está produciendo la presión arterial para hemorragia. Eso es el déficit fiscal, la emisión, los desequilibrios macroeconómicos”, enfatizó.

“Ahora, tengo una demanda de divisas reprimidas en cuatro años. Nadie sabe bien pero 50.000 millones de dólares entre dividendos no distribuidos y crédito comercial ahora forzado, deuda comercial… Imaginate si el 11 de diciembre vienen 50.000 millones de dólares en equivalente en pesos a buscar esos dólares… Imposible”, pronosticó el ex funcionario durante el gobierno de Macri.

“Me encantaría, yo vendería el atajo electoral de decir “en un día”. Es un caos. O dolarizo, otro atajo. Genial, tiene mucho atractivo pero es Impracticable”, subrayó.

¿Cómo bajar la inflación?

“Cómo hacen todos los países del mundo: sin magia”, respondió el ex ministro de Hacienda, y añadió-: “la verdadera corrección de la inflación va a ocurrir cuando el Gobierno (el Tesoro) deje de ser un demandante insaciable de pesos y dólares del Banco Central”.

“Mientras eso no ocurra, todas las alquimias financieras, cambiarias y monetarias que queramos inventar y ponerles etiquetas atractivas para el debate público un poco profundo. Podemos llamarlo dolarización, bimonetarismo, convertibilidad, metas de inflación; tenemos tantas etiquetas como se nos ocurra. Nada de eso va a funcionar si seguimos dándole a la maquinita para seguir financiando al Gobierno. El ancla fiscal es el primer paso y si no hacemos ese paso ninguna de las recetas monetarias por sí solas van a funcionar”, explicó el ex funcionario macrista.

 Subsidios a la energía

Sobre este tema, dijo que “hay que enfrentarlos no solo por un problema de eficiencia sino por un problema de equidad. Ningún país va a funcionar subsidiando a toda su población en ningún aspecto, tampoco en la energía”, subrayó frente a unos 800 empresarios y ejecutivos que participaron del evento.

“¿Quien sufre más la inflación? Los pobres”, señaló Lacunza, quien además dijo que “pensar que los bienes públicos es un regalo divino es un mal cultural que nos dejó 20 años de kirchnerismo”.

“Nosotros – en referencia a las 800 presentes en el auditorio- tenemos algún plazo fijo UVA, algún dólar, propiedad, vehículo. Todo eso está protegido contra la inflación. Quien no puede protegerse son los de menores ingresos. Es un subsidio de los más vulnerables hacia los ingresos medios y altos. No se regala nada, nada es gratis: se paga por otro lado”, remarcó.

Lacunza reconoció que la quita de subsidios “es una de las principales “modificaciones urgentes” que deberá afrontar el próximo gobierno.

“A lo largo de estos 15 años, casi todo el déficit primario está explicado por los subsidios en energía. Ahora un poquito menos porque bajó el costo de producción y algo subió el gobierno últimamente en cuanto a tarifas, sobre todo en los ingresos altos”, aclaró el Director General de Empiria Consultores.

“Escenario optimista”

A pesar de la actual crisis económica  social, con las restricciones cambiarias, un dólar cercano a los 500 pesos, una inflación anualizada del 200% para fin de año (si se mantiene el dato inflacionario de 8% mensual producido de los últimos tres meses) y un nivel de pobreza del 40%, Lacunza advirtió un escenario optimista en el hipotético caso de producirse un cambio de gobierno.

En ese sentido, mencionó seis sectores productivos que mantienen el optimismo, de los cuales, tres de ellos son generadores de divisas como la minería, energía y el agro, mientras los tres restantes son de empleo intensivo, como la economía del conocimiento, la construcción y el turismo.

“Lo único que están pidiendo son reglas de juego claras, previsibilidad, orden, saber si van a poder entrar en esa puertas van a saber que van poder salir por aquella. Pidiendo un programa económico, consistente, saber que dentro de tres años no va a haber una crisis que cierre esa puerta”, advirtió.

“La minería tiene una inversión a 30 años, también la energía. Sacar Vaca Muerta que aun produce en condiciones adversas o para explorar la cordillera con el litio, el cobre y otros minerales. Para sacar el gas y el petróleo hay que poner un tubo horizontal, después otro vertical, después hacer un gasoducto, un oleoducto y meter ingenieros, mano de obra, tecnología, capital, tasa de interés, seguridad jurídica, leyes, reglas de juego, reglas cambiarias, puertos, infraestructura, camiones, mercados. Todo eso hay que construir”, enumeró el asesor económico de Juntos por el Cambio.

Sobre los otros tres sectores generadores de empleo, remarcó que “hay un montón de talento en cuanto a la economía de conocimiento. Nuestros jóvenes siguen siendo competitivos en el mundo”

En cuanto al turismo dijo que “tiene ventajas naturales en todo el país”, mientras que el sector de la construcción es “intensivo en mano de obra”.

“Soy muy optimista en la Argentina en el mediano plazo, ni siquiera en el largo plazo. En dos años, la Argentina puede ser otra si hacemos el orden macroeconómico que tenemos que hacer que asegure a todos. Entonces, que entren con sus inversiones, con capitales al contratar gente y arriesgar porque va a valer  la pena. Vaca Muerta depende de que el dólar no sea un barrilete”, puntualizó.

Por último, Lacunza aseguró que, después del 10 de diciembre de 2023, los próximos seis meses serán “desafiantes” para el nuevo gobierno, por no decir “difíciles”.

“Está todo por hacer. Así no se puede seguir. Desafiante quiere decir difícil. No hacerlo va a hacer más difícil”, remarcó.

“Todo esto que hablamos de la energía, del cepo de los cambios, de la disciplina fiscal, del régimen monetario que tiene un montón de vericuetos, tentaciones, atajos,  riesgos, precipicios e imprudencias, si no lo hacemos con el diagnóstico de la voluntad y la pericia adecuada, -que no la veo en este gobierno-, si no lo hacemos va a ser más difícil”, explicó.

“Este año, la inflación apunta a 200% anualizada. Ya estamos en 170% con tres meses seguidos del 8%. Si no lo hacemos el año que viene va a ser 300% porque la válvula de escape de hacer más de lo mismo es la inflación”, reconoció Lazunza.

“Tenemos que comunicar el plan o el programa para que salgamos dentro de un año (no quiero poner los plazos) pero para que valga la pena invertir en Argentina”, concluyó.

 

 

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