Llegó la era post-blanqueo

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Empieza una nueva era para el manejo de cuentas y de bienes. Cómo hacer para minimizar el impacto fiscal. Qué bienes están exentos de Ganancias y Bienes Personales. Y qué sucederá de ahora en más con las tenencias en el exterior,incluyendo inmuebles. Tributaristas responden las principales dudas. Por Verónica Dalto

Una vez que se declararon los activos al fisco mediante el sinceramiento fiscal comienza el desafío de administrar esos bienes de manera de pagar la menor cantidad de impuestos posible, sacarle el mayor rendimiento y cuidar el patrimonio familiar. A los casi 100.000 millones de dólares blanqueados al 31 de diciembre se suma lo correspondiente a la etapa que vence a fin de marzo, lo que representa un impacto sustancial no sólo para para el funcionamiento de la economía sino para el de que cada familia.

Hasta el blanqueo, los inversores se conformaban con dejar el dinero a baja tasa de interés en cuentas de bancos extranjeros y lejos del riesgo argentino. Pero hoy sobre esa baja renta deberán pagar impuestos. Deberán evaluar hasta qué punto conviene invertir en activos financieros argentinos que están exentos de impuesto a las Ganancias o Bienes Personales (como sucede con los títulos públicos tanto soberanos como provinciales) y conocer qué otros activos extranjeros tienen el mismo beneficio, como sucede con la deuda brasileña.

También, la titularidad de los bienes entre los integrantes de la familia: cómo planificar la sucesión y evitar pagar el impuesto a la herencia.

“Después del blanqueo es fundamental llevar adelante una estrategia patrimonial, que incluye tanto la planificación tributaria, la financiera y la familiar o sucesoria”, dice Guillermo Pérez, presidente del Grupo GNP.

“En la parte fiscal implica tener pleno conocimiento de cuáles son los instrumentos que pagan ganancias, en qué países te van a retener ganancias y cuáles de los países donde se retiene se toma a cuenta del impuesto local. También saber en qué países hay impuesto a la herencia”, explicó el tributarista. “La planificación financiera decide si va a tener un portafolio en Argentina o en el exterior. Y es importante la planificación familiar, porque antes una cuenta en el exterior tenía a los hijos como cotitulares, los cuales tenían derechos de superviviente”.

Cada caso es particular, según la composición del patrimonio, el país donde esté radicado y la historia familiar, lo que requiere un asesoramiento individual.

“La planificación fiscal internacional que se viene es un traje a medida”, afirma César Litvin, socio del estudio Lisicki, Litvin y Asociados. “Significa la optimización de los impuestos a partir de activos y operaciones que generen impuestos a las ganancias y bienes personales. Hacemos tres preguntas: cuáles son los activos, dónde están y qué se quiere hacer con ellos, si se quiere que permanezcan en una estructura o si se quieren usar. Son escenarios diferentes”.

Según el especialista, dependiendo el país donde se encuentren los activos habrá o no duplicidad de la carga tributaria o podrá evitarse, como con EE.UU. que permite usar el tax credit. “Antes no pagaban en Argentina y ahora lo harán en Argentina y en el exterior, hay un trabajo profesional de tomar los pagos a cuenta para evitar tributar de más”, dijo. Otro impuesto relevante es el que se aplica a la herencia, que en Suiza no se paga, pero en EE.UU. sí y mucho.  “Con lo cual hay que tener el antídoto para evitar pagarlo”, agrega.

Inversiones financieras

Según detallan los expertos entrevistados, los títulos públicos argentinos están exentos del impuesto a las ganancias y los bienes personales.

En tanto las obligaciones negociables que salen a oferta pública están exentas del impuesto a las ganancias pero no sobre los bienes personales.

Con Brasil hay un convenio de doble imposición, ciertos títulos emitidos por el país vecino o por empresas brasileñas no están gravados ni en Brasil ni en Argentina, ni por los cupones ni por la ganancia de precio. Lo mismo sucede con algunos títulos bolivianos.

Lo que recomienda Sabrina Corujo, jefe de research de Portfolio Personal, es armar una buena cartera de bonos soberanos y algunos títulos provinciales. “Es la mejor opción para este tipo de inversor que tiene el dinero blanqueado y busca tener una tasa superior a la que obtenía cuando tenía el dinero en negro”, dijo.

Explicó que en el exterior las cuentas de inversión rinden en el mejor de los casos entre el 1 y 3%, en tanto la cartera de bonos que recomienda permite conseguir entre 4 y 8% anual en dólares según la duration que el inversor esté dispuesto a asumir.

“Hay buenas opciones porque en el riesgo argentino puede haber todavía compresión de spreads respecto de la región”, dijo Corujo. Consideró atractivo para este tipo de inversor el plazo medio de los bonos, a de 2022 a 2027. Y más arriesgado los bonos a 2033. En tanto, los bonos provinciales arrojan una tasa interna de retorno de 100 a 200 puntos por encima del soberano.

En todos los casos, para lograr la ganancia de capital, se estima que el inversor debe quedarse un mínimo de seis meses en los títulos.

Quienes blanquearon dólares que tenían en una caja de seguridad o en el colchón les cuesta entrar en el mercado de capitales. Pero Corujo explicó que “el mejor símil contra la caja de seguridad son las Letes del Tesoro en dólares porque la caja no da rendimiento y el plazo fijo en dólares rinde 1% anual, mientras que las Letes dejan 3%”.

A la hora de armar la cartera es necesario tomar en cuenta el rendimiento y las tasas impositivas de los países para compensar los riesgos con la carga tributaria.

“Una planificación financiera razonable es diversificar la cartera para tener un rendimiento para soportar la carga del impuesto producto de las inversiones que tenés en países con menos riesgo pero con menos rendimiento”, dijo Pérez. Por ejemplo, la mitad de la cartera en riesgo argentino y la otra mitad en riesgo suizo implican una renta del 6 y 2%, respectivamente. “El 6% no paga impuesto a las ganancias y permite afrontar mejor el 35% del 2% de Suiza más bienes personales”, explicó.

Las acciones en el exterior están gravadas por los impuestos argentinos, pero no la ganancia por diferencia de cambio, explicó Pérez, porque la persona física paga por la ganancia efectiva en moneda dura. En cambio, la compra de acciones desde la Argentina está exenta de estos gravámenes.

Mariano Sardans, CEO de FDI International, advierte que la ganancia por la compra-venta de una acción extranjera como Apple no paga tributos en EE.UU., pero sí 15% en Argentina, a través de la declaración jurada de ganancias.  En cambio una acción argentina como YPF o su ADR no paga capital gain tax.

En tanto, para ciertos activos con EE.UU. existe un sistema de tax credit, que implica una retención del 30% que se toma a cuenta del 35% local. En Argentina se paga 5%.

En general, al inversor que ha blanqueado le interesa quedarse en dólares y en el exterior. “La gran parte de los argentinos que ha blanqueado no ha estado oculta básicamente por un tema fiscal, sino para proteger su patrimonio. Muchos optaron por dejar su dinero afuera. El temor que tienen es que en Argentina vuelva un populismo que genere una situación de mayor carga fiscal sobre los activos. En una segunda etapa, si en Argentina empieza a haber mayer actividad económica, algunos se darán cuenta de que ese dinero podrán traerlo a Argentina y será más beneficioso”, dijo Litvin.

Sin embargo, para quienes se animen resulta atractivo armar una cartera con parte de activos en pesos.

Un activo que paga impuesto a las ganancias pero tienen buen rendimiento (Badlar más 4 puntos) son los fideicomisos productivos en el interior del país. “En Rosario, Córdoba, muchos activos fideicomitidos son líquidos porque tiene que ver con la campaña agrícola y, como te asociás a un exportador, tienen bajo riesgo: paga contra la venta del grano, que es un contrato de un exportador de primera línea”, graficó Fernando Garabato, socio de Finanzas Corporativas de BDO Argentina.

Real estate, un caso aparte

En el caso de inmuebles, la compra venta no está gravada, sino el alquiler al tipo de cambio del mes (si está en el exterior) que se devenga y se paga igual aunque el inquilino no cumpla con su cuota mensual.

Si se trata de una casa de veraneo (la gran mayoría de los inmuebles que se han blanqueado están en el exterior, Miami, Nueva York, Europa), el inmueble paga impuesto a las ganancias sobre el alquiler presunto.

Para bienes personales, se deberá valuar el inmueble al valor de plaza al cierre de cada año.

Por el momento, la mayor parte de los que blanquearon se resisten a destinar parte del dinero a comprar inmuebles. “Esto puede estar vinculado al hecho de que el costo de la construcción está muy alto, es en muchos casos el doble que en países desarrollados”, señaló Sardans.

Pero, puntualmente, hay casos de personas que con el dinero negro no podían comprarse una propiedad y durante la exteriorización generaron el dinero blanco necesario para realizar la operación y, en general, para uso propio.

La tendencia de inversión es a los activos financieros y para este rubro se crearon los nuevos fondos comunes cerrados de inversión, que esperan que se sancione la ley que los exima de pagar ganancias.

Para Garabato, algunos proyectos todavía tienen rentabilidades interesantes. “Entiende que si un fondo arroja un rendimiento del 10%, la renta se reduciría a 6,5% en la medida que no se aprueba la nueva ley de mercado de capitales”.

“El producto es bueno. Los fondos cerrados para real estate es algo que en el mundo funciona bien. Tienen buen rendimiento y vinculan la inversión con los ladrillos, que al argentino le gusta mucho. Y estás asociado a gente que está profesionalizada en la materia y probada en el negocio”, dijo.

Respecto del impuesto a la herencia sobre los inmuebles, Pérez explicó que en los Estados Unidos recae en cabeza de una persona y no de una sociedad. “Con un inmueble a título personal se pierde el 50% entre gastos e impuesto a la herencia, pero en una sociedad se transfieren las acciones a la sociedad”.

Tanto para los inmuebles como para los activos financieros, existen instrumentos que permiten diferir impuestos, como las sociedades offshore. Según dijo Sardans, “mientras estés adentro de dicho paraguas, no pagas ganancias sino bienes personales por el valor patrimonial proporcional que tengas de la sociedad. Si querés tomar dinero de esa sociedad, sale en forma de dividendos. La norma exige que lo primero que se retire sean ganancias. Si distribuís ganancias, pagás. Pero si sacás capital inicial, no paga ganancias. Hasta que no distribuís, no pagas impuestos”.

De todos modos, recomendó estudiar los gastos de la sociedad versus la renta para saber si conviene utilizar este instrumento.

Bienes familiares

Otra cuestión a tener en cuenta es la planificación familiar de los bienes, no sólo para evitar pagar el impuesto a la herencia, sino también para definir la titularidad de los bienes ante imprevistos o conflictos.

Antes del blanqueo, las cuentas en el exterior eran patrimonio de todos los integrantes de la familia, como cotitulares. Ante el fallecimiento de alguno de ellos, el resto gozaba de los derechos de superviviente. En otros casos, los bienes estaban distribuidos entre testaferros, pero tras el sinceramiento es necesario organizar los bienes y las nuevas titularidades antes de abril de 2018.

Para estos casos, GNP recomienda el uso de poderes en la medida que la legislación internacional los avale. “En general conviene que los hijos no sean cotitulares sino apoderados de la cuenta bancaria o de inversión y asegurarse que ese poder tenga validez legal en el país donde se elija el lugar de radicación de la cuenta después del deceso de los titulares”, dijo Pérez.

“Si es así, la ventaja es de naturaleza legal y sucesoria. Legal, porque si los hijos tienen un juicio de cualquier naturaleza -previsional, comercial o laboral- la cotitularidad de esa cuenta puede ser atacada. Pero si es apoderado, la cuenta está liberada. Y sucesoria, porque el banco bloquea la cuenta hasta que no esté abierta la sucesión”, agregó.

En este caso el impuesto a la herencia dependerá de la persona que el banco declare como titular de la cuenta.

Es que quedarse expuesto al impuesto a la herencia significa perder una parte sustancial del patrimonio. En EE.UU., el impuesto a la herencia es alto, con una carga promedio del 40%, y paga a partir de u$s 60.000, que es un importe bajo.

Para Litvin, la planificación familiar depende de qué quiera hace la familia. “Si quiere hacer distribuciones parciales del patrimonio o si quiere hacer distribuciones cuando se produzca el fallecimiento. El blanqueo ya permitía dar opciones de movimientos patrimoniales intrafamiliares”, explicó.

En FDI, se oponen en lo posible a los adelantos de herencia y, en cambio, proponen armar un fideicomiso de sucesión.

“Se pueden incorporar inmuebles, sociedades, cuentas bancarias en Argentina y en el exterior, acciones de sociedades offshore y permite evitar el impuesto a la herencia de la provincia de Buenos Aires”, dijo Sardans. “Cada vez se usa más y es más barato”, agregó. A partir de u$s 1 millón es eficiente.

El fideicomiso también está exento de ataques de terceros, como juicios laborales; evita el juicio de sucesión, porque permite dejar asentada la división, y el impuesto a la herencia, porque el instrumento es el titular de los bienes. “Es la única herramienta que dice que es mío hasta el último día de mi vida y en caso de discapacidad, se nombra a un curador que pasa a ser el administrador”, explicó, quien un 90% de las veces es uno de los hijos.

En Argentina paga los mismos impuestos que una persona física y puede incluir activos locales o extranjeros. En el exterior no paga impuestos, pero FDI recomienda que sólo incluya activos externos.

El sinceramiento de capitales ha sido el primer paso de un proceso complejo de la administración del patrimonio que requiere un contador con mucho conocimiento de la legislación internacional y un estratega financiero para organizar los bienes. El diálogo entre los profesionales y el cliente será clave en los próximos años.

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