Los sojeros están vendiendo al menor ritmo de los últimos 15 años por expectativa de devaluación

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Así lo advirtió un informe de la Fundación Mediterránea. Hasta ahora sólo ingresaron el 27% de la producción, contra 45% de un año habitual

El ritmo de comercialización de la soja llegó a su nivel más bajo de los últimos 15 años. Según un informe elaborado por el IERAL, de la Fundación Mediterránea, al cierre de junio se llevaban comercializadas unos 11,4 millones de toneladas de soja del ciclo 2021/22, aproximadamente el 27% de la cosecha total.  Para esta misma fecha, normalmente ya se ha ingresado el 45%.

A esa fecha, quedaba sin comercializar el 73% de la producción, la cifra más alta de las últimas 15 campañas”, señaló el trabajo. Además, la volatilidad macroeconómica parece haber influido en las ventas de junio y el arranque de julio, considerando que en mayo se venían vendiendo en promedio unas casi 800 mil toneladas semanales, que bajaron a 540 mil toneladas en las últimas 5 semanas (4 de junio y 1 de julio), un ajuste del 32%. Esta desaceleración de las ventas implica un acumulado de 1,2 millones de toneladas menos en este período de 5 semanas.

El fuerte aumento de la brecha cambiaria, que llegó al 130% en las últimas semanas, estaría influyendo decididamente en el comportamiento del sector cerealero. En otras palabras, el aumento de la expectativa de devaluación provocó una fuerte desaceleración de las liquidaciones de divisas a la espera de un mejor tipo de cambio. Esta situación, además, complica al Banco Central, que sigue con problemas para acumular reservas, justo cuando hay que dedicar crecientes sumas a la importación de energía.

Al cierre de junio se llevaban comercializadas unos 25 millones de toneladas de maíz del ciclo 2021/22, aproximadamente el 50% de la cosecha esperada de este cereal (la que aún no ha terminado). El ritmo de ventas luce en línea con los registros de últimas campañas, no parece haber demoras ni impacto del contexto macroeconómico sobre la comercialización del último mes.

“La soja sí viene demorada en su venta, su salida al mercado está siendo dosificada, y la volatilidad macroeconómica parece haber influido en forma importante en las últimas semanas, ralentizando aún más la comercialización”, señaló el estudio de Fundación Mediterránea.

La industria y la exportación habían logrado comprar sólo 11 millones de toneladas a fines de junio, y tenían a disposición otros 8 millones de toneladas con precio abierto, de una comercialización total que se estima en el orden de las 39-40 millones de toneladas.

 

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