Lucas Llach: “No tenemos intenciones de salir a regular a las fintech”

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El funcionario enfatizó que los bancos y las empresas de tecnología no deberían pelearse por el mercado existente, sino preocuparse por ampliar la torta. Además, habló del debin y otros proyectos en los que trabaja la mesa de innovación del Central, junto con el sector privado.

El Banco Central está comprometido con la incorporación de innovación en el sistema financiero argentino, que aún se encuentra muy lejos de aplicar la tecnología que ya se usa en otras economías del mundo. Para Lucas Llach, uno de los principales desafíos está en el desarrollo fintech. El vicepresidente del Central, y principal impulsor de la innovación tecnológica para el sector financiero, fue una de las destacadas presencias de Nuevo Dinero 2017. Y durante media hora mantuvo un extenso y jugoso diálogo con Pablo Wende, director de Road Show.

El funcionario destacó el interés del Gobierno por promover la proliferación de “bancos virtuales”, la competencia con las entidades tradicionales, y puso la mira en desarrollar un marco con incentivos y regulaciones que favorezca la competencia entre viejos y nuevos actores en todas sus dimensiones. Pagos electrónicos, otorgamiento de créditos y la captación de depósitos de parte de las nuevas entidades digitales son los desafíos a los que se enfrenta el mercado.

“Las finanzas digitales generan menores costos y el cliente de servicios financieros busca pagar menos, por lo que más gente puede acceder al sistema. Ahí la tecnología se vuelve una verdadera herramienta de inclusión”, comenzó diciendo Llach en una charla en la que detalló el plan oficial para tender a una compleja digitalización del mercado, aun cuando en el mundo no está claro exactamente cuál es el camino más adecuado para alcanzar el mayor potencial.

A nivel local, uno de los grandes temas en los que el Banco Central se encuentra trabajando es la posibilidad de tomar depósitos del público para las fintech, entrando en competencia directa con los bancos tradicionales. Llach explicó que las entidades que hoy toman depósitos son bancos o compañías financieras, que tienen beneficios por el gran volumen que representan las cuentas sueldo y las cajas de ahorro, además de tener ventajas impositivas, pero que también afrontan costos por regulación y por asegurar solvencia. “Son un negocio claramente viable”, dijo. Por otro lado están los proveedores no financieros que no pueden tomar fondos, pero ofrecen créditos en lo que es un negocio completamente desregulado en la Argentina.

El funcionario recordó que esas entidades solamente deben inscribirse en el BCRA si desean recibir como fondeo préstamos de los bancos. “Dar préstamos es como vender zapatillas. Tomar fondos, no”, resumió. Y aseguró que desde el Central se dieron facilidades, como sacar todas las regulaciones para esas entidades, con el objetivo de permitir que puedan volverse bancos digitales.

“Hay proyectos en estudio de bancos para ser solo digitales y habrá fintech que querrán introducirse en el mercado de los depósitos. Habrá que evaluar, si se terminan convirtiendo en bancos digitales, cuál será la regulación necesaria”, advirtió.

Ante este escenario de cambios y competencia entre las entidades tradicionales y las digitales, Llach señaló que “va a ganar la tecnología financiera”. Lo adjudica a que el proveedor financiero no digital va a estar más complicado para competir porque el digital va a ofrecer servicios a más bajo costo. Y si bien reconoció que no es tarea del Central “decidir quién gana, sí lo es disponer las condiciones para abaratar los costos de los servicios financieros para que todos los actores compitan ante los nuevos clientes a través de la incorporación de tecnología”.

Para las entidades tradicionales que deseen incorporar su propia marca de banca digital, no habrá regulación adicional porque ya tienen autorización para operar, lo mismo para el caso de los bancos que se decidan por cerrar sus sucursales y hacerse digitales completamente. En ese caso, según el funcionario, no deben ni avisar a la autoridad monetaria y solo deberán destinar sus recursos humanos a diferentes tareas, ya no a tener cajeros en ventanillas.

Al ser consultado sobre una zona gris en la que se encuentran algunas fintech que manejan cierta cantidad de fondos de operaciones sin llegar a ser captación de depósitos, el funcionario explicó: “Si esa entidad anuncia que va a tomar depósitos, pasa a ser intermediación financiera no regulada. Mientras eso no ocurre, el fondeo de esas empresas lo decide cada una y son bienvenidos a competir con bancos y retails tradicionales para el otorgamiento de créditos”.

Agrandar la torta

Para Llach, un error basado en poner incorrectamente el foco es que las entidades se disputen los “pedacitos de una tortita, cuando lo que va a pasar es que la torta se agrandará y que habrá más para todos. El foco justamente debe ser agrandar la torta. Los que ofrezcan mejores servicios tendrán una porción más grande. Por lo que representa la Argentina y por el potencial del cambio tecnológico, pensar en el pequeño porcentaje de cada uno es un desperdicio de energías”.

En el país, de hecho, recién se dan los primeros pasos hacia la digitalización del sistema financiero.

Llach explicó que una de las primeras formas de ingresar en el mundo de las finanzas digitales fue a través de los pagos, que además de aportar seguridad (ante el no uso de efectivo) y formalización, reducen los costos logísticos y son los primeros pasos hacia una completa inclusión financiera.

Este es un mercado que comienza a desarrollarse en la Argentina, pero el gran desafío es llegar al desarrollo de ambos extremos del sistema: un cliente que esté dispuesto a utilizarlo ante comercios que están dispuestos a ofrecerlo. En la evolución de este sistema hay un momento, según Llach, en el que el uso es tan masivo que no aceptar un pago electrónico deja de ser negocio, es decir, llegar al “tipping point”. “Nuestro gran desafío como Banco Central es llegar a ese punto de no retorno en el que es muy inconveniente no aceptar pagos electrónicos”, dijo. Justamente, enfatizó, “la pata renga del sistema es la aceptación”.

La cantidad de cuentas bancarias en país y el total de tarjetas de débito y crédito en manos del público no se utilizan con todo el potencial que tienen. Esa falencia se explica porque aún no todos los comercios aceptan los pagos a través de estos medios, y esto genera que los clientes se concentren en las sucursales de los bancos los primeros días del mes para extraer todo el efectivo que pueden de sus cuentas, por ser el único instrumento de pago que pueden utilizar. Incluso Llach recordó que el BCRA impulsa la red de cajeros porque tampoco hay suficientes terminales disponibles y el público se concentra en las cajas de los bancos.

El uso de tarjetas es “un puente” para el BCRA a través del que se llegará al pleno desarrollo de un mercado en que los pagos electrónicos se harán “cara a cara”. Estos pagos basados en transferencias inmediatas o “PEI”, como se los conoce, son el paso previo a los pagos digitales no bancarios.

Según Llach, hubo tres de estos tipos de pago –que no son simples transferencias bancarias que pueden hacerse desde el home banking– que se les pidió a los bancos que proveyeran: el primero es el P2P, que consiste en el uso de una aplicación que va a tener su auge con el nuevo alias que tienen las cuentas y que va a ser universal. Este sistema tiene la dificultad de que los usuarios deberán tener instalada en sus teléfonos celulares la aplicación, pero que según Llach es muy sencillo de realizar y por lo tanto no desalentaría el uso. Se trata del sistema que por ahora más se está desarrollando.

El segundo sistema es el de POSmóvil, un dispositivo en el teléfono por el que se pasa la tarjeta de crédito similar al Posnet de los locales comerciales. Mientras que el tercero es directamente el pago en línea a través de un simple botón virtual.

Los dos últimos sistemas todavía se encuentran en una etapa muy embrionaria.

Cuentas no bancarias

Durante su exposición, el vicepresidente del Central dijo que una de las alternativas que la entidad quiere impulsar, y que considera es de las que más posibilidades de éxito tiene, es el pago basado en cuentas no bancarias. Con el antecedente de casos exitosos en países como Perú o Kenia, los sistemas como el popular Mercado Pago en Argentina son sencillos de usar a través de la cuenta bancaria, hoy masificada, y el alias vinculado al CBU.

El gran desafío entonces en cuanto al mercado fintech, para la entidad, tiene relación con el “cash in y cash out”. Es decir, cómo un cliente carga sencillamente una cuenta virtual y de allí el comercio debita con autorización el monto involucrado en la operación. La parte más importante a desarrollar hoy es esta última, el llamado “debin”, por el cual se permite a una entidad realizar un débito en la cuenta, en interacción con el sistema bancario manejado por la cámara de compensación (COELSA). En principio, se concretaría con un mensaje de texto que advierte que se está intentando debitar de la cuenta por única vez. El paso posterior sería instalar una autorización que lo permita a lo largo del tiempo.

El caso Prisma

Aunque advirtió que Defensa de la Competencia será quien decida qué sucede con la firma Prisma, Lucas Llach reconoció que en el mercado de las tarjetas de crédito “hay una integración vertical que no es buena. Los bancos son dueños de Prisma, que es adquirente, y a la vez Banelco es la parte que maneja las transferencias. Sabemos que hay una serie de incentivos. La Comisión de Defensa de la Competencia terminará decidiendo, pero la idea de que los bancos se desprendan de Prisma sería un paso muy importante para crear competencia en el mercado”.

Para el público, según la visión del vicepresidente del BCRA, lo más importante es que aparezcan nuevos adquirentes de las distintas tarjetas de crédito que vendan y compitan entre sí. Lo mismo debería suceder en el mercado de las transferencias bancarias, dijo, que en el mundo es una importante competencia. “Así habrá un boom de distintos medios de pago basados en transferencias bancarias. En algunos lugares serán competitivos y en otros complementarios con el mundo tarjetas. Para eso también la desinversión es buena”, aseguró.

Adiós al efectivo

Lucas Llach apela a la razonablilidad para entender por qué el uso del efectivo continúa siendo prioritario en la Argentina, y lo adjudica a una red todavía no desarrollada de cobranzas que acepten otros medios de pago de forma redituable. Pero en el desafío de desmotivar el uso de cash, resaltó la decisión de las cobradoras no bancarias (como Pago Fácil o Rapi Pago) de empezar a aceptar tarjetas como muy positiva.

En su visión personal, igualmente, no dejó de lado la cuestión fiscal que cree necesario discutir para que el uso de medios alternativos al efectivo se haga más conveniente. Mencionó al impuesto al cheque como una de las cuestiones que desincentivan la bancarización, pero reconoció que la prioridad está en atacar los sectores más sensibles. Por ejemplo, “el comercio minorista es donde se decide entre usar efectivo o dinero electrónico. Ahí hay que poner los incentivos para que sea más redituable usar dinero virtual”.

Mesa de innovación en el BCRA

La autoridad monetaria abrió un espacio de discusión para reunir a los principales actores que tendrán peso en el nuevo mundo de la innovación financiera a la que llamaron “Mesa Fintech”. Participan las principales asociaciones de bancos que operan en el país y los nuevos proveedores digitales. “Armamos grupos de trabajo en los que discutimos sobre medios de pago, el debin, el ahorro por medios alternativos o por canales no bancarios, entre otros temas”, explicó Lucas Llach. “En esos diálogos hay mucha participación de privados. Para nosotros el diálogo con el sector privado es importante porque ellos van hasta más rápido que nosotros adaptándose, y nuestra tarea es aprender”, aseguró.

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