Qué bonos corporativos son “antídoto” contra la volatilidad

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Quantum Finanzas analizó distintos títulos emitidos por empresas, en un contexto de stress financiero. La limitada liquidez, el principal problema.

El significativo incremento en la percepción de riesgo soberano, que prácticamente se duplicó desde principios de agosto, tuvo como correlato la inversión en la curva soberana (i.e. bonos cortos rindiendo más que largos), y este incremento de riesgo contagió al resto de los activos financieros argentinos aunque no todos sufrieron por igual, consignó un informe de Quantum Finanzas.

Dentro del  universo de instrumentos de deuda se destacan créditos corporativos que han mostrado ser más resistentes que el soberano en estos tiempos de stress, principalmente por su reducido apalancamiento y en algunos casos, también por tener ingresos poco volátiles o dolarizados y por su buena reputación.

Para hacer el análisis, Quantum tomó tres grupos de crédito (renta fija denominada en dólares):

i) “Corp Selecto” compuesto por bonos corporativos que posean una calificación superior al soberano en al menos una agencia de rating (AA2000, Adecoagro, Arcor, PAE , Tecpetrol, Telecom y TGS);

ii) “Corp<2x Deuda Neta/EBITDA” compuesto por  títulos de deuda de compañías con un ratio de deuda neta menor a 2 veces EBITDA tomando en cuenta los últimos 12 meses (AA2000, Adecoagro, AES, Capex, IRSA, Pampa, Telecom, TGS y PAE);

iii) “Arg Soberano” compuesto por un promedio ponderado del Global 22, 23 y 26 de modo de generar un sintético semejante en vida promedio y duration a las canastas de títulos corporativos considerados en i) y ii).

La canasta “Arg Soberano” posee una volatilidad mayor respecto de los corporativos, especialmente del “Corp Selecto”. En el último año, el “Arg Soberano” registró una caída del 20,1%, mientras que “Corp Selecto”  cayó 11,4% y “Corp<2x Deuda Neta/EBITDA” disminuyó 15,6%.

Al hacer zoom en las últimas 5 semanas, período en el cual se disparó fuertemente el rendimiento de la deuda soberana, las diferencias relativas en el comportamiento son más notorias, mientras que “Arg Soberano” cayó 12,4%, “Corp Selecto” y “Corp <2x Deuda Neta/EBITDA” perdieron 5,5% y 6,9%, respectivamente.

Dentro del universo de “Corp Selecto”, Quantum incluyó firmas que no sólo poseen sólidos ratios crediticios sino que sus negocios tienen como característica sobresaliente alguna de las siguientes:

i) ingresos estables (Telecom y TGS);

ii) ingresos dolarizados o que se benefician ante una devaluación (TGS, PAE, Arcor, Aeropuertos, Tecpetrol y Adecoagro);

iii) diversificación geográfica (Tecpetrol, Adecoagro y Arcor).

Es importante  agregar que durante la crisis del 2001 la mayoría de las compañías entraron en situación de reestructuración de deuda, aunque aquellos títulos de empresas que tenían buenos ratios crediticios soportaron pérdidas poco significativas en términos de NPV luego del proceso de reestructuración. Se destaca que el endeudamiento de los corporativos hacia finales de la convertibilidad era superior al actual.

De lo expuesto se podría concluir que incluir créditos corporativos con buenos fundamentos en una cartera de riesgo argentino podría ser un modo de moderar su volatilidad con una relación riesgo/retorno atractiva.

Se debería considerar que estos créditos tienen poca liquidez en el mercado secundario, problema que se acentúa en momentos de alta volatilidad, razón por la que sólo resultan elegibles para estrategias de mediano/largo plazo.

La falta de liquidez se expresa no sólo en costos significativos de entrada/salida (bid-offer spread) sino que el armado y desarmado de posiciones puede ser trabajoso o incluso puede no haber mercado por períodos puntuales.

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