(Video) Miguel Gutiérrez: “Seremos una empresa más eficiente y productiva”

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En un mano a mano, el presidente de YPF, detalló los objetivos del Plan Estratégico de la compañía para los próximos cinco años. También habló del rol de los sindicatos y la desregulación del sector. ¿Qué pasa con los juicios que enfrenta la petrolera?

Pocos días después de la presentación del Plan Estratégico de YPF ante inversores en Estados Unidos, el presidente de la petrolera, Miguel Gutiérrez, habló frente a la amplia audiencia que acompañó la jornada organizada por Road Show.

Señaló que el Plan Estratégico presentado en Estados Unidos fue producto de un trabajo iniciado a comienzos de año y definió que, dadas las características de la industria, debía proponerse objetivos a cinco años. “Queríamos que hubiera el total compromiso de las distintas áreas de negocios con el mismo”, aseguró.

Gutiérrez calificó el programa como “potente”, ya que “indica que YPF va a invertir junto con sus socios una suma de hasta 30.000 millones de dólares en esos cinco años. De ese total, 21.500 millones de dólares serán propios de la compañía y el resto, de las utilidades o de los socios”, dijo. A continuación, lo más destacado de la entrevista que le realizó el director de Road Show, Pablo Wende, al titular de YPF.

–¿Ese dinero es reinversión de la empresa?
–Parte es reinversión. Hoy estamos dos veces EBITDA (Earning Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization, que representa el beneficio bruto de explotación antes de la deducción de los gastos financieros) en términos de endeudamiento. Este plan nos llevaría a bajar esa relación y a finales de 2022 estaríamos en una de 1,5 o 1,6 veces, todo con generación propia. Por supuesto, habría que renovar la deuda que tenemos, pero el propio crecimiento de la compañía haría que nuestro múltiple de EBITDA baje, llevándonos a una sanidad financiera. Además, hemos anunciado también la intención de pagar dividendos más acordes con lo que pagan compañías similares a partir de 2019 y en un proceso gradual.

–¿Cuánto se paga hoy?
–Hoy se paga una cantidad mínima de 50 millones de dólares para que los que tienen acciones de YPF puedan afrontar sus impuestos. Pero planteamos llevar a la compañía, a partir de 2019 y con un esquema gradual, al pago de un dividendo que sea similar al que pagan compañías de nuestro entorno en el mundo.

–¿Cuáles son las metas a nivel de producción?
–Queremos aumentar nuestra producción a una tasa del 5% por año para llegar al equivalente de unos 700.000 barriles a fines de 2022. Esto nos conducirá a una nueva composición de lo que producimos, ya que habrá un porcentaje mayor de gas. Por otro lado, el 50% de lo que vamos a producir en 2022 va a provenir de recursos no convencionales. Es decir, de aquellas inversiones que se iniciaron en 2013 y que recién entonces empezarán a rendir frutos.El plan tiene, además, otros dos componentes importantes: la reducción de nuestra estructura de costos en 20% y un aumento de productividad también en 20%.

–¿Cómo se consigue ahorrar 20% en costos?
–Creemos que hay una oportunidad de comprar mejor. Luego de que el país estuviese cerrado por muchos, años hay una chance de competencia, especialmente en la industria de la tecnología, en el equipamiento que viene del exterior y que antes lo hacía bajo un esquema con control de cambio y en situaciones muy complejas de la economía que se trasladaban al precio. También la cantidad de proveedores interesados era escasa. Ahora tenemos la ventaja de que hay gran cantidad de proveedores que quieren competir, que están llegando a la Argentina con precios más competitivos porque el riesgo de la economía es menor. Por otro lado, se advierte una baja en el costo del capital y en los costos de financiamiento. Entonces, para aquel que está financiando capital de trabajo, equipamiento, las tasas de interés han bajado fuertemente. El otro punto es el planteo que venimos haciendo con los gremios, que se tradujo en nuevas modalidades operativas, en buscar la eficiencia, ya sea porque hicimos la adenda para Vaca Muerta o por la negociación con los sindicatos de Chubut y de Santa Cruz en el convencional, en el que planteamos modificaciones en las formas de operar.

–¿Cómo sigue la relación con los gremios?
–Es un trabajo continuo. No terminó. Tenemos que volver a sentarnos, conversar. Hay nuevas cosas para hacer.

–Argentina tiene un problema serio de dependencia energética. ¿En cuántos años vamos a conseguir autosustentarnos?
–La buena noticia es que tenemos los recursos. Lo que no se puede hacer es saltar los ciclos que tiene esta industria. Ciclos que comienzan con hacer la prospección, siguen con los pilotos, luego con la consideración de lo que dice el subsuelo y, en función de eso, con la toma decisiones. Con esto como premisa, soy optimista respecto de que Argentina va a tener una situación de sobreabundancia en siete o diez años. Y en gas, es probable que lo logre antes, a partir del quinto o sexto año. Nosotros vamos a tener sobreabundancia de gas o excedente de gas en el verano, con algún faltante en los picos de consumo de invierno. El otro tema importante para el país es la industrialización de ese gas, la posibilidad de utilizarlo como materia prima a través del polo petroquímico, de fertilizantes, de clusters industriales. Esto no va a pasar mañana, pero si hacemos las cosas bien a partir del quinto o del sexto año, vamos a ver una situación muy favorable para Argentina tanto en gas como en petróleo.

–La acción de YPF está un poco castigada, en parte por los juicios. ¿Tienen algún plan frente a esas demandas?
–Desde que estamos en la compañía, la acción subió casi 50%, pero creo que es nuestra responsabilidad como ejecutivos de la compañía demostrar cuál es el potencial de YPF, un valor muy sustancial. Hoy somos el quinto generador de energía eléctrica del país y nuestra intención es desarrollar ese negocio. Hicimos un spin off para desarrollarlo con socios extranjeros y nacionales para apuntar a ser uno de los tres más importantes. Hoy tenemos 1.300 megas en producción en las dos licitaciones anteriores de cierre de ciclo y térmicas, y también nos hemos presentado en Renovar. Hemos adicionado otros 900 megas, 600 más 300. La realidad es que ahí hay una oportunidad enorme para la compañía. Por otra parte, tenemos el 50% de Profértil. La posibilidad de crecimiento a partir del gas es enorme. Tenemos 1.500 estaciones de servicio, que es la red más importante de la Argentina. Nuestras reservas en Vaca Muerta no están valorizadas por el mercado. Es nuestro trabajo poder demostrarle al mercado cuál es el valor implícito en la compañía.

–¿Cuál es la situación con los juicios?
–Tenemos dos o tres juicios prominentes en el exterior, heredados de situaciones anteriores que en realidad se dirigen al Estado nacional, de cuando Argentina toma la participación del 51% de la compañía. Creemos que no deberíamos estar como parte en ellos y confiamos en que la Justicia resuelva a favor de YPF. Aun así, cuando tomamos la compañía, creamos un comité de compliance para atender a todas las cuestiones judiciales que tenemos con profesionales destacados, que nos llevaron incluso, en algunos casos, a cambios de abogados.

–¿Cómo ve el precio de la nafta bajo un esquema desregulado como el actual?
–De ahora en más, cada compañía tiene que mirar las variables: tipo de cambio, precio internacional del petróleo, inventarios, márgenes de refinación. Comienza un arbitraje entre el mercado doméstico y el internacional, en el que lo importante son los márgenes que la compañía va a aplicar a su negocio de refinación o de comercialización. Pero, principalmente, el que se va a beneficiar es el consumidor. A veces las firmas tendrán un margen menor. Así el mercado empieza a funcionar, no hay que asustarse. Una de las variables a tomar en cuenta y que resta definir es cómo va a terminar el tema de los biocombustibles, que, de cambiar la relación actual, puede tener un impacto sobre el precio. Y de cara al futuro, el Gobierno tiene que poder arbitrar las situaciones que puedan ocurrir frente a un cisne negro. Buscar una forma en la que el Poder Ejecutivo tenga una herramienta para amortiguar el precio externo; lo más lógico sería a través del impuesto a las Transferencias de Combustibles, que actuaría como un acordeón.

–¿Qué espera hacia futuro de los acuerdos básicos a los que convocó el presidente Mauricio Macri?
–No podemos dejar de seguir intentando llegar a consensos. En nuestra industria, por ejemplo, un tema a debatir con los sindicatos es el costo de la logística, los puertos, los trenes. De los 200 dólares por tonelada de arena que usamos para la fractura, 80 dólares son de logística. En Estados Unidos, nuestros socios pagan 100 dólares. Hay que mirar en los detalles y hay que mirar cuestiones históricas que a veces no afecta modificar. No hay que tener miedo. Debemos ser capaces de ejecutar lo que decimos, demostrar que somos capaces de ejecutar. Es, en parte, lo que proponemos en nuestro Plan Estratégico cuando decimos que una vez al año vamos a rendir cuentas de lo que hicimos bien o mal. El desafío de la Argentina es ejecutar lo que decimos y cumplirlo. Si lo logramos, el mercado nos va a dar crédito y nos va a esperar un año más. El tema es ser capaces de demostrar que lo podemos hacer.

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