Emisión monetaria: el Banco Central de Brasil reclama una “maquinita” más rápida

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La crisis causada por el Covid-19 llevó a parte de la población a guardar el dinero que debería estar circulante en Brasil.

El Banco Central de Brasil pidió a la Casa de la Moneda que anticipe la impresión de 9.000 millones de reales (unos US$ 1.525 millones) debido a que la falta de liquidez le impide al Gobierno pagar los subsidios concedidos a los sectores de bajos recursos para enfrentar la pandemia del coronavirus.

“La petición tiene como objetivo construir reservas de seguridad y mitigar cualquier consecuencia del fenómeno de acaparamiento que se ha observado desde el comienzo de la pandemia“, explicó el organismo en una nota.

Según la entidad, la crisis causada por el Covid-19 llevó a parte de la población a guardar el dinero que debería estar circulante en Brasil.

A eso se sumó que el número de subsidios requeridos por desempleados y trabajadores del sector informal para enfrentar los efectos del coronavirus superó el que el Gobierno estimaba, por lo que existe el riesgo de que falten billetes para efectuar esos pagos.

De acuerdo con el Banco Central, la escasez de dinero puede ser consecuencia de los retiros hechos por personas para tener reservas y la disminución de las compras, así como porque “una parte considerable de los montos pagados en especie para ayudar a los beneficiarios (como los subsidios) aún no han regresado al sistema bancario”.

Por esta razón, el emisor le pidió a la Casa de la Moneda que anticipe para mayo la producción de los 9.000 millones de reales, que ya estaba prevista en el calendario anual.

Trabajadores informales y autónomos de Brasil comenzaron a recibir desde la segunda semana de abril un subsidio de 600 reales (unos US$ 120) aprobado por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro para paliar los efectos económicos de la crisis del coronavirus.

Según cálculos del Gobierno, ese dinero sería entregado a unos 50 millones de brasileños que se beneficiarían con el subsidio durante tres meses (abril, mayo y junio); sin embargo, la solicitud fue mayor y unos 60 millones de brasileños pidieron el auxilio al Gobierno.

El pago del subsidio provocó disturbios en todo el país porque el sistema creado para las transferencias no dio abasto, lo que ocasionó gigantescas filas en las oficinas de la Caixa Económica Federal, segundo mayor banco público de Brasil y encargado de los pagos.

Adicionalmente, como varios de los beneficiaros aún no han recibido la cuota de abril, esto retrasó el segundo pago, previsto para estos días, consignó la agencia de noticias Telam.

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