La represión financiera y presión impositiva pueden generar un fuerte salto inflacionario

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El ex ministro de Economía escribió en su blog sobre la peligrosa política del Gobierno, aún cuando se efectúe un manejo adecuado desde el punto de vista financiero y cambiario. Por Domingo Cavallo

El cierre exitoso del canje de las deudas bajo ley extranjera y la reestructuración impuesta por ley a las deudas bajo ley argentina, debería convencer a al ministro de economía y al presidente del Banco Central de la conveniencia de reorganizar el manejo cambiario y financiero con la lógica de los mercados libres, aunque inicialmente lo sea sólo en un sentido marginal. Esto es lo que vengo proponiendo, sin éxito hasta ahora, desde que se reimplantó el control de cambios en setiembre del año pasado. Yo espero que ahora, marchen en esa dirección.

Limitar la operatoria del mercado sujeto al control de cambios a las transacciones comerciales con bienes y dejar que todas las transacciones financieras y de servicios, incluidas las compras y ventas de dólares para atesoramiento y turismo, se lleven a cabo legalmente y sin ninguna restricción en un mercado cambiario libre, contribuiría a mantener la brecha cambiaria en los mínimos niveles compatibles con el manejo monetario que haga el Banco Central.

Las decisiones de gasto de la Nación y las provincias y la marcha de la recaudación en todos los niveles de gobierno determinarán el déficit fiscal. Parte de ese déficit fiscal podrá financiarse con emisión de bonos del Tesoro en la medida que el mercado absorba cantidades en exceso de los vencimientos de capital que se vayan operando. Por la parte del déficit fiscal que no pueda financiarse con nueva deuda del Tesoro, el Banco Central tendrá que emitir un monto equivalente de pasivos monetarios, ya sea que tome la forma de base monetaria o LELIQs, El stock de bonos que surgen del canje y que estarán en el activo del Banco Central le dará a la autoridad monetaria cierto margen de maniobra para absorber parte de esos pasivos monetarios, pero no podrá hacerlo a menos que esté dispuesto a dejar que aumente la tasa de interés todo lo que el mercado determine.

Este tipo de manejo monetario y cambiario basado en el funcionamiento de mercados libres ofrece la ventaja de reducir él margen de incertidumbre que enfrentarán ahorristas e inversores porque serán menos probables las intervenciones erráticas y discrecionales del gobierno. Además, podrán llevar a cabo sus transacciones de manera totalmente legal y sin tener que arriesgarse a operar en mercados de dudosa legalidad o incluso ilegales.

Pero aún, con este manejo cambiario y financiero más racional, el riesgo de una brecha cambiaria creciente no desaparecerá si el gobierno sigue adoptando decisiones en materia de precios de los bienes y servicios, públicos y privados, que acentúan la represión de la inflación.

Esta advertencia es particularmente relevante teniendo en cuenta la reciente decisión del gobierno de congelar hasta fin de año el precio de la telefonía celular, el internet y la televisión por cable y el anuncio de que regulará sus precios por haberlos declarado servicios públicos.

La represión de la inflación mediante controles de precios tiene el efecto de desalentar inversiones y restringir significativamente la oferta de los bienes y servicios controlados. Además, los aumentos de presión impositiva anunciados desalentarán la inversión aún en los sectores cuyos precios no se controlan. Son precisamente estos efectos los que aumentan el riesgo de un salto inflacionario peligroso una vez que se salga de la cuarentena sin medidas fuertes de ajuste del gasto público.

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